Hoy, siguiendo con la acertada tónica de dar importancia a la Segunda Guerra Mundial, El Mundo publica un artículo sobre el Schlinder británico: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/09/02/videos/1251876118.html
En 1939 Winton se olvidó de sus vacaciones y fue a Checoslovaquia. Allí preparó todo lo necesario para que nueve trenes salieran desde Praga con destino a Londres.
En sus vagones viajaron los hijos de miles de refugiados a los que salvó de las garras del nazismo. Hoy esos niños, ya mayores, repiten el viaje: “no tenía miedo, al contrario, lo consideré un acto de misericordia, de compasión. Es estupendo setenta años después tener la salud necesaria para repetir el viaje”.
El noveno tren no pudo partir, era demasiado tarde, pero aún así Winton salvó a 669 niños que perdieron a sus padres en los campos de concentración.
Sin embargo Winton, que aún vive, mantuvo su gesta en secreto hasta que la descubrió su mujer cincuenta años después. El solo hizo lo que debía, dijo.
En 1939 Winton se olvidó de sus vacaciones y fue a Checoslovaquia. Allí preparó todo lo necesario para que nueve trenes salieran desde Praga con destino a Londres.
En sus vagones viajaron los hijos de miles de refugiados a los que salvó de las garras del nazismo. Hoy esos niños, ya mayores, repiten el viaje: “no tenía miedo, al contrario, lo consideré un acto de misericordia, de compasión. Es estupendo setenta años después tener la salud necesaria para repetir el viaje”.
El noveno tren no pudo partir, era demasiado tarde, pero aún así Winton salvó a 669 niños que perdieron a sus padres en los campos de concentración.
Sin embargo Winton, que aún vive, mantuvo su gesta en secreto hasta que la descubrió su mujer cincuenta años después. El solo hizo lo que debía, dijo.
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