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miércoles, 2 de septiembre de 2009

Hiroo Onoda

Poco a poco se van conociendo más y más las historias increibles sobre hombers y mujeres que combatieron con honor durante la Segunda Guerra Mundial. Pero sin duda el caso de Hiroo Onoda es uno de los más espectaculares. Nacido en 1922, trabajó en China durante los años 30.

En 1942 se unió al ejército imperial siendo entrenado en las doctrinas del honor y defensa a ultranza del Japón contra las ordas occidentales. Destinado en Filipinas, a la pequeña isla de Lubang, entró en combate con las tropas norteamericanas durante la campaña de liberación de Filipinas de 1944. Al poco de empezar la batalla la unidad de Onoda fue aniquilida. Tan solo él y otros tres hombres siguieron la lucha y se internaron en la selva y comenzaron una guerra de guerrillas.


En 1949 uno de los miembros del grupo desertó y comenzó la búsqueda del resto de miembros. En 1954, tras quemar un almacén de arroz "enemigo", otro de sus compañeros fue disparado por una partida de búsqueda. ya en 1972 ocurrió lo mismo con su último camarada.


En 1974 Onoda se encontró con un turista japonés que acampaba en la selva. Pronto entablaron amistad si bien Onoda rehusó a entregarse hasta que se lo pidiese un oficial de mayor graduación. Así, el comandante Taniguchi, que había sido su superior en el 44 le ordenó rendirse.


A su llegada a Japón fue tratado como un héroe... y no es para menos.

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