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sábado, 15 de marzo de 2008

Operación Krüger/Bernhard


Aprovechando que se estrena este fin de semana en España la película "Los Falsificadores" (Die fälscher) voy a tratar uno de los temas más secretos en su momento del régimen nazi: la operación Krüger, también conocida como operación Bernhard, ambos nombres dados por el general de las SS que la llevó a cabo, Krüger Bernhard. Es conocida como la mayor operación de falsificación de la historia militar y puede que también de la civil. El objetivo: introducir millones de libras falsas en el mercado británico favoreciendo así la inflacción y pagar a los espías y agentes de la Gestapo en el extranjero.


Todo empezó allá por el año 1939 cuando Heydrich propuso a Himmler un plan para eliminar a gran Bretaña sin gastar hombres y armas falsificando libras y provocando la mayor crisis económica de la historia de las islas, mayor incluso que la Gran Depresión.


La idea se mantuvo en un segundo plano hasta que en 1942 Heydrich delegó el mandato de la operación en Krüger Bernhard, que rapidamente se puso manos a la obra. Para ello contó con una gran delegación en el mismo centro de Berlín donde fue fundada la oficina 6-F-4 integrada en el cuartel general de las SS. El beneficio de la operación sería doble ya que además de fomentar la derrota de Inglaterra se subsanaba el déficit del ejército alemán provocado por los ingentes esfuerzos en el frente este.


Al haber pocos técnicos alemanes disponibles para labores "semiciviles" se propuso la utilización de cientos de judios deportados a los campos de concentración del régimen. Krüger llevó a dichos técnicos al campo de concentración especial de Sachsenhausen, cerca de Berlín y los aisló en el bloque 19 de dicho campo, con vigilancia especial de gente escogida entre tropas de élite de las SS. La maquinaria instalada era de última generación, y el papel, muy díficil de reproducir, se encargó a una empresa alemana de renombre.


Los primeros "paquetes" fueron repartidos entre las embajadas alemanas y consulados alemanes en Turquía, España, Suecia y Suiza donde fueron introducidos con amplio éxito en las economías locales. Más adelante, se usó la maquinaria para falsificar dólares, en billetes de 50 y 100.


La operación no consiguió alcanzar sus objetivos principales y cuando, en 1945, la resistencia de Berlín estaba comprometida se transladaron los materiales y los técnicos a los Alpes, donde se refugiaron y escondieron las libras no sacadas al mercado.


Al ser cercados por las tropas americanas se llevó a cabo el proceso de destrucción de los millones de billetes, si bien cientos y miles de ellos fueron guardados por los codiciosos y bajos de moral soldados de las SS.

Los 140 técnicos fueron enviados a un campo de concentración para ser exterminados pero el comandante de dicho campo los dejó libres, marchando a Suiza. Bernhard huyó a Suiza con miles de billetes y su amante y no se supo nada más de ellos.


También se dice que miles de billetes acabaron esparcidos por los lagos suizos siendo recogidos por los pescadores locales, que sin esperarlo se convirtieron en millonarios.

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