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lunes, 9 de marzo de 2009

Francia y Alemania redimen a sus hijos pródigos

Los gobiernos francés y alemán han alcanzado un acuerdo para conceder la doble nacionalidad a sus respectivos "niños de la guerra" los hijos de sus soldados ocupantes con mujeres nativas, que frecuentemente fueron objeto de injusta persecución y afrenta. Las imágenes de aquellas mujeres francesas, peladas al cero, perseguidas e increpadas por las hordas liberadas en las calles de París durante los días de la liberación de agosto de 1944, por el crimen de sus antipatrióticos amores con el "boche" ocupante, forman parte de los flecos de la contienda y se repitieron en muchas otras ciudades.

La agresividad ante aquellas mujeres, sublimaba en muchos casos un vergonzante colaboracionismo que, tras tres años de temor, se cebaba en las víctimas más fáciles. Aquello no fue más que un momento de la serie. En Francia hay 200.000 descendientes de aquellos amores, y, vencida Alemania y ocupado su territorio por los cuatro aliados, la historia se repitió: en la zona de ocupación francesa, otros 20.000 niños nacieron de los nuevos amores de mujeres alemanas con soldados franceses. Su estigma fue propiciado por el hecho de que en muchos casos los padres desaparecieron, regresaron al país de origen, o murieron, en el caso alemán, en lo que siguió de guerra.

Es una situación tan antigua que hasta Herodoto, primer historiador de Occidente, evoca, en el siglo V antes de Cristo, a los descendientes de soldados conquistadores como un grupo específico de inocentes víctimas de la guerra.

Mas allá de Francia, el fenómeno tuvo considerable amplitud en Noruega, donde la paranoia racial del nazismo fomentó la reproducción de los miembros de las SS con las mujeres locales, consideradas de "pura raza nórdica". Estigmatizadas como "rameras de alemanes" ("Tyskertøs"), unas 14.000 de ellas fueron internadas en campos de reclusión al fin de la guerra, otras fueron privadas de su nacionalidad noruega o expulsadas a Alemania. Nacida en 1943 en un orfanato de Oslo dentro del programa racista nazi "Lebensborn", la escritora Gisela Heidenreich describe en un libro publicado en 2002 (Das endlose Jahr) un lento descubrimiento de la propia biografía, hasta dar con su padre en una reunión anual de exmiembros de la SS.

En Dinamarca, donde se estima hubo entre 10.000 y 12.000 hijos de soldados con nativas, el Ministerio de Justicia mantuvo medio en secreto un registro de más de cinco mil de ellos y hasta 1996 no se creó una asociación. "El gobierno federal reconoce el duro destino de los "niños de la guerra" franceses", declaró esta semana un portavoz del Ministerio del Interior en Berlín. La declaración confimaba el acuerdo alcanzado con Francia que el diario "Sudddeutsche Zeitung" había adelantado el martes. Todos los descendientes franceses de soldados alemanes podrán solicitar la nacionalidad alemana en embajadas y consulados. En un próximo futuro, también los alemanes hijos de soldados franceses podrán acogerse. Al hacerlo, ambos podrán mantener su antigua nacionalidad, en régimen de doble nacionalidad.

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