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viernes, 17 de octubre de 2008

La Ahnenerbe, la ideología institucionalizada nazi

La Ahnenerbe, algo así como herencia ancestral, fue un organismo dentro de las SS dedicada a justificar y fomentar la ideología nacionalsocialista y sus valores principales como la supremacía de la raza aria, la inferioridad de judíos y eslavos y el supuesto orgullo por pertenecer al Reich. Fue declarada ilegal, asesina y criminal en 1946.


En 1936, al mando del general Hermann Wirth, la ahnenerbe realiza su primera salida de Alemania en busca de pruebas de que la raza aria es superior. En unas minas de granito del sur de Suecia Wirth encuentra una serie de estatuillas de guerreros rubios de ojos azules. Los nazis procedieron al expolio de dichas estatuillas, que consideraron sin comparación en el tiempo.


Esta solo fue la primera de muchas investigaciones por parte de las SS en busca de la justificación aria. La Ahnenerbe poseía laboratorios, bibliotecas y talleres museísticos. Hacia 1939, tenía en nómina a 137 científicos alemanes, y empleó a otros 82 trabajadores auxiliares entre los que se encontraban grandes e influyentes artistas pronazis.


La Ahnenerbe organizó en 1938 una expedición fuera de Alemania, a la región del entonces independiente Tibet, bajo la dirección del biólogo Ernst Schäfer. El equipo incluía a Bruno Beger, que recogió y estudió unos 300 cráneos en la región para intentar probar que el Tíbet era el lugar de nacimiento de una "raza norteña". El equipo también adquirió 108 páginas del texto sagrado "Kangschur".


A partir de 1939 y durante la II Guerra Mundial, la Ahnenerbe dirigida operacionalmente por Wolfram Sievers organizó, según las directrices de Himmler, el tráfico de seres humanos destinados a los experimentos de los científicos e investigadores SS asociados y su aprovisionamiento en materiales y equipamiento, aunque no supervisó la pertinencia técnica de los trabajos. Así, la Ahnenerbe comenzó una etapa de terror al igual que el resto de las SS, caracterizada por la total indiferencia hacia la raza humana.


El horror no acabó hasta el final de la guerra en el teatro europeo en mayo de 1945. El juicio de Núremberg (proceso de los doctores) condenó el 26 de octubre de 1946 a la pena de horca al coronel Wolfram Sievers por los asesinatos, brutalidades, torturas y demás actos inhumanos en los que participó esta organización.

Fuentes:




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