Corte canadiense revoca ciudadanía a colaborador nazi
Un juez de Canadá se negó el lunes a revisar una orden que revoca la ciudadanía a un hombre que al mudarse al país ocultó haber trabajado con un escuadrón de la muerte nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
La corte federal rechazó el alegato de Helmut Oberlander, en el que aseguró que el Gobierno canadiense se equivocó al considerarlo cómplice de las atrocidades cometidas por el Einsatzkommando nazi (EK), unidad para la que trabajó como intérprete.
Oberlander, quien emigró a Canadá con su esposa en 1954 y se convirtió en ciudadano en 1960, sostuvo que durante su adolescencia fue forzado a trabajar con las fuerzas nazis que invadieron su Ucrania natal debido a que hablaba alemán y ruso con fluidez.
Canadá ha expulsado a antiguos miembros de las SS, SD y otras unidades nazis, como el EK, por la implicación de estos grupos en crímenes de guerra.
Oberlander argumentó que Ottawa sólo había demostrado una sospecha de complicidad, pero el juez Michael Phelan determinó que era causal suficiente porque el único objetivo de la unidad era ser un "escuadrón móvil para asesinatos masivos".
El EK realizó ejecuciones masivas de civiles, especialmente judíos, en la ocupada Unión Soviética. La unidad de Oberlander mató a tantos miles de personas que su área operativa fue declarada "libre de judíos", dijo la corte.
Canadá ha tratado de anular la ciudadanía de Oberlander desde finales de la década de 1990, pero sus partidarios argumentan que Ottawa está siendo injusta al tener como objetivo a un hombre viejo que ha tenido una vida productiva en el sur de Ontario.
Phelan se negó a revisar la decisión del Gobierno y dictaminó que el tema no era cómo Oberlander había vivido en Canadá, sino si ocultó su relación con el escuadrón nazi para obtener ilegalmente la ciudadanía canadiense.
El Congreso Judío canadiense ha estimado que entre 1.000 y 3.000 personas de pasado nazi lograron entrar ilegalmente a Canadá entre 1947 y 1956.
La corte federal rechazó el alegato de Helmut Oberlander, en el que aseguró que el Gobierno canadiense se equivocó al considerarlo cómplice de las atrocidades cometidas por el Einsatzkommando nazi (EK), unidad para la que trabajó como intérprete.
Oberlander, quien emigró a Canadá con su esposa en 1954 y se convirtió en ciudadano en 1960, sostuvo que durante su adolescencia fue forzado a trabajar con las fuerzas nazis que invadieron su Ucrania natal debido a que hablaba alemán y ruso con fluidez.
Canadá ha expulsado a antiguos miembros de las SS, SD y otras unidades nazis, como el EK, por la implicación de estos grupos en crímenes de guerra.
Oberlander argumentó que Ottawa sólo había demostrado una sospecha de complicidad, pero el juez Michael Phelan determinó que era causal suficiente porque el único objetivo de la unidad era ser un "escuadrón móvil para asesinatos masivos".
El EK realizó ejecuciones masivas de civiles, especialmente judíos, en la ocupada Unión Soviética. La unidad de Oberlander mató a tantos miles de personas que su área operativa fue declarada "libre de judíos", dijo la corte.
Canadá ha tratado de anular la ciudadanía de Oberlander desde finales de la década de 1990, pero sus partidarios argumentan que Ottawa está siendo injusta al tener como objetivo a un hombre viejo que ha tenido una vida productiva en el sur de Ontario.
Phelan se negó a revisar la decisión del Gobierno y dictaminó que el tema no era cómo Oberlander había vivido en Canadá, sino si ocultó su relación con el escuadrón nazi para obtener ilegalmente la ciudadanía canadiense.
El Congreso Judío canadiense ha estimado que entre 1.000 y 3.000 personas de pasado nazi lograron entrar ilegalmente a Canadá entre 1947 y 1956.
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